Uno de los aspectos clave a la hora de analizar información por parte un analista de inteligencia competitiva es el estudio de la fiabilidad, calidad y validez de la fuente de información.
Cuando una información es cuantitativa, un dato estadístico por ejemplo, es más o menos fácil llegar al emisor de la información, pero ¿qué hacemos con la información cualitativa?
Aquí es donde el analista de inteligencia debe andar con más tiento. Debe estudiar siempre el perfil profesional del informante, y también debe valorar si existen intereses particulares (políticos, comerciales…) en dar ese valor cualitativo y por tanto subjetivo a la información.
• Un sistema de vigilancia estratégica obtiene la mejor información posible, al realizar un análisis para una posterior selección de las fuentes de información.
No se trata de desdeñar una información por su emisor, simplemente se trata de valorar que puede haber una subjetividad interesada en la misma. Al fin y al cabo, esa subjetividad es una información en si misma también.
Pongamos por ejemplo (ficticio) que la Universidad de Munich elabore un estudio diciendo que la cerveza es beneficiosa. No hay duda de que la fuente es fiable, un centro de reconocido prestigio científico. Sin embargo, conociendo que Baviera tiene una industria cervecera de gran potencia, se intuye que este estudio pueda haber sido potenciado en aras de un interés económico regional.
Por tanto el analista deberá estudiar otros estudios científicos sobre la cerveza proveniente de otras fuentes también académicas o investigadoras.