En multitud de ocasiones me he encontrado con esta pregunta ¿Para que sirven los sistemas de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva?
Al principio siempre me quedaba callado y tras unos segundo de reflexión respondía:
«Depende de cuales sean tus objetivos…»
Y esto es bien cierto, dado que podemos encontrar hasta 7 buenas razones más o menos evidentes por los que los sistemas de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva son una buena inversión para cualquier organización. Veamoslos:
7 razones para incorporar un sistema de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva en tu organización
- Comercialización: la identificación de clientes nacionales e internacionales es posible a través del análisis de bases de datos adecuadas y la recopilación de contactos a través de un estudio bien dirigido que confirme los perfiles y países más adecuados para nuestros productos. No es algo costoso con la sistemática y métodos adecuados si sabes donde buscar. Esto te permite obtener tu propia base de datos de contactos comerciales con los que completar tu CRM
- Innovación: los sistemas de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva, facilitan de forma clara el proceso creativo al incorporar experiencias externas, traer información relevante sobre tecnología, nuevas aplicaciones y modelos de negocio que se están utilizando en otros sectores. Se trata de aprovechar el conocimiento de otros para incorporarlo en nuestro ADN dando lugar a interesantes hibridaciones sectoriales, diseño de productos y nuevas aplicaciones.
- Ahorro de costes de gestión:se reduce dramáticamente los costes asociados a la gestión del conocimiento y la información al almacenar, organizar y gestionar los volúmenes de información externa evitando el problema de la infoxicación.
- Reducción y contingencia de riesgos: estos sistemas ayudan a prever situaciones y escenarios complejos a través de la alerta temprana. También utilizada para la pronta detección de oportunidades comerciales, cambios legislativos que pueden afectarnos como lo ocurrido con el jamón en argentina o los cambios en las normas de envasados, fitosanitarios o burocracias aduaneras o incluso la detección de licitaciones antes de que se produzcan.
- Seguimiento de la imagen corporativa: hasta el punto de conocer que personas están hablando bien o mal de nuestra organización en lo que se conoce como escucha activa de la imagen de marca y cuya aplicación consiste en monitorizar o vigilar las redes sociales.
- Medición de la eficiencia de campañas: Aquí no hablo de google analytics y otros sistemas de medición de visitas o conversión de visitas sino de menciones especificas obtenidas por nuestras acciones de marketing relacionadas con patrocinios, esponsorizacion, anuncios, conferencias etc… lo que permite tener una idea exacta de los resultados de mis acciones de PR. Es decir el análisis de mi impacto mediático y el de los demás competidores.
- Inquietudes sectoriales: conocer que preocupa ahora a mis clientes, a mis competidores y a los distintos agentes involucrados en el sector utilizando la inteligencia competitiva de fuentes abiertas o Escucha activa es algo de gran utilidad.
Sobreponiéndonos a las sobrecarga de información gracias al sistema de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva:
Como ves cualquier organización puede estar interesada en una o varias de estas aplicaciones que nos proporcionan los sistemas de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva. Lo relevante es decidir cual es la adecuada para nosotros, y esto dependerá generalmente de nuestra actividad y situación de la empresa en concreto.
A pesar de ello la principal utilidad de estos sistemas de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva esta en permitirnos superar la sobrecarga de información. Solo por esto ya merecen la pena.
De esta forma cabe preguntaros: ¿Cuanto tiempo dedicamos para buscar y recuperar información que ya teníamos o qué necesitamos en la organización? Es muy posible que no queramos saber la respuesta pues probablemente hablamos de miles de euros solo por las horas dedicadas a ello. Así que por favor no digamos que los sistemas de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva no sirven para nada, reconozcamos que nos da miedo lo que puede dejar en evidencia. Una mala gestión de la información.
Parafraseando un artículo de Libre Mercado:
la información es poder y pocas veces está frase hecha ha tenido más sentido que en estos tiempos de revolución tecnológica constante. Saber quiénes son tus clientes, proveedores o trabajadores es clave para cualquier negocio. Y ya no es sólo una cuestión de saber sus nombres: el reto está en conocer qué quieren, cómo, por qué y cuánto les importa.
Como se menciona en el artículo, los directivos de EEUU tienen por objetivos principales en la implementación de las nuevas tecnologías, la seguridad, por lo tanto la clave en este caso para ellos es ampliar el conocimiento de su negocio. Desde el punto de vista operativo, buscan de forma prioritaria
- Aumentar la rapidez con la que obtener la información (68%),
- Disminuir los costes de trasmisión de la información (54%)
- Facilitar a las personas adecuadas la accesibilidad a esa información para la toma de decisiones (43%).
Si hablamos de un punto de vista externo donde el cliente lo es todo, para los directivos de EEUU esto se traduce en:
- Mejorar la operativa de las acciones de mercadeo (52%),
- Aumentar la satisfacción del consumidor (43%)
- Disminuir los costes de promoción y publicidad (38%).
De nuevo, es evidente que todo está relacionado: se usan nuevas herramientas para que dentro de la empresa todo sea más fácil y efectivo. Fuera, todo va enfocado a dirigir mejor las acciones para que la compañía se acerque muchas más veces al objetivo (y en menos intentos). Es difícil hablar de mejorar la competitividad si realmente no sabemos o no queremos hacer el esfuerzo de invertir en ella.
Los sistemas de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva consiguen la eficiencia en la gestión de la información para aumentar la satisfacción del cliente, incrementar la efectividad de marketing, reducir el coste de captar clientes, en definitiva dar poder a las ventas! a los procesos internos de innovación para el diseño y creación de nuevos productos o modelos de negocio.
En efecto tener la información no es lo relevante sino como la utilizamos, pero primero debemos tener información para después utilizarla.
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