5 razones por las que odiar a tus competidores directos no es una buena idea

Siempre estamos pensando en lo maravillosa que seria nuestra existencia sin esos molestos competidores directos que tanto daño nos hacen al hacer tratos con nuestros potenciales clientes.

Durante muchos años a mi me pasaba lo mismo. No importaba en que industria estuviera, Farmacéutica, Automoción o Mobiliario, siempre me resultaban molestos. Y mucho más cuando mis socios y yo lanzamos nuestro negocio. Me acuerdo como me dolía personalmente cuando estaba reunido con un cliente y me decía – sabes, el otro día Fulanito de tal sitio me hablo exactamente de lo mismo que tu.

Las sensaciones como te puedes imaginar no eran buenas.

Sin embargo, el tiempo me hizo cambiar la perspectivas de las cosas. Me di cuenta que en vez de odiar a mis competidores directos tenia que estarle agradecido.

Por qué odiar a tus competidores directos no es una buena idea

Porque tuve esta revelación tan repentina. Básicamente con el tiempo me di cuenta que gracias a los competidores directos mis clientes tenían una referencia con la que compararme. Sobre todo en un mercado donde estaba empezando, esto apuntalaba mi credibilidad y autoridad.

Si, yo ya no era el único que había tocado su puerta para ofrecerles un servicio parecido, entonces es que había un mercado y el riego de comprare se reducía rápidamente.

De esta forma encontré hasta 5 motivos por los cuales debía estar agradecido a mis competidores directos.

Razón nº 1: Los competidores directos crean mercado por ti

Si, así es. Si hay competidores es porque hay un mercado. Y estos al igual que tu se encargan de comunicar, publicitar y dar a conocer a todo el que pueden sus productos y servicios.

Esto provoca un efecto multiplicador positivo ya que el concepto o producto alcanza a mas personas y los esfuerzos se reparten.

Imagínate  si estuvieras tu solo hablando sobre un tema. Las posibilidades de llegar a tu público objetivo se reducen. Cuantas mas empresas y personas sepan que existen soluciones a un problema mejor para todos. Mayores posibilidades de éxito.

Razón nº 2: Un competidor te ayuda a innovar

Los competidores directos te inspiran. Si nos lo proponemos podemos aprender mucho de nuestros competidores.

Si analizamos como actúan en el mercado podemos identificar donde están centrando su esfuerzo de innovación y nosotros hacer lo mismo pero sin gastar tanto dinero.

Para ello podemos inspirarnos simplemente observando y viendo que les funciona y aquello que no. Sobre todo cuando tu no tienes tantos recursos como ellos.

Recuerdo como en una ocasión hablando sobre esto con un antiguo compañero de facultad este me contaba como en su empresa de seguros al no ser uno de los grandes operadores, se fijaban muchísimo en la promoción y el marketing de las empresas mas exitosas para después probar sobre el terreno estas estrategias. Los resultados, me decía, eran mucho más que aceptables y su coste como puedes imaginarte bastante mas reducido.

La filosofía de este razonamiento es muy simple, si a ellos les vale, vamos a probar si también nos funciona a nosotros.

Razón nº 3: La competencia directa te obliga a definir tu modelo de negocio

Es decir te obligan a diferenciarte, a pensar que puedes hacer tu mejor que tu competidores para que te elijan y por lo tanto especializarte en algo muy concreto que pueda a portar un mayor valor a tu cliente.

En este caso los competidores nos permiten identificar los Gaps que ellos no están cubriendo y que podemos aprovechar nosotros.

Es muy común que una única empresa no pueda ocupar todos y cada uno de los huecos del mercado.

Razón nº 4: Los competidores directos te exigen Mejorar tus habilidades

Superarte es muy importante de cara a tus clientes. Ya que te obliga a estar preocupado por ellos y estar muy pegado a sus problemas reales.

La existencia de competidores te obliga a intentar ser mejor y te fuerza a mejorar tus conocimientos y habilidades de forma permanente.

De esta forma buscaremos incorporar nuevas técnicas y tecnologías que refuercen nuestra posición de cara al cliente.

Razón nº 5: Los competidores Mantienen tus pies en el suelo

Esto es muy cierto. La competencia directa te impedirá creértelo demasiado.

En el momento justo en el que creas que tienes todo bajo control y bajes la guardia, entonces alguien te pasara por encima. Además esto te impedirá subir los precios demasiado y te obligará a mantenerte competitivo.

Acepta la competencia y aprende a obtener provecho de ella

De esta forma deja de enfadarte y odiar a tu competencia directa. Tienes mucho de lo que estar agradecido. Un competidor directo te hace mejor y te ayuda a crear mercado.

Un mercado donde no hay competencia es probable o que no sea un mercado y por lo tanto necesites invertir en el, mucho tiempo y dinero para convertirlo en algo rentable. Créeme esto es dificilísimo y exige un montón de recurso.

La estrategia del océano azul es muy peligrosa porque nunca estas seguro de si  realmente estas solo o puede haber un montón de clientes esperando tus servicios.

Por eso mismo bienvenidos sean los competidores directos.