Saltar al contenido
Papeles de Inteligencia Competitiva

¡No Funcionará! El auténtico trampolín de la innovación

el-autentico-trampolin-de-la-innovaciónHace unos años, una marca de coches sacó un anuncio que trataba sobre las innovaciones que habían implementado en sus coches a lo largo de la historia. Cada una de esas innovaciones era una escena diferente, con un modelo de coche que representaba un momento importante en la historia de la compañía, una voz en off que la describía acompañado de un señor que aparecía en escena diciendo “¡No funcionará!”.

Las escenas, los coches y las innovaciones variaban. Pero el señor que decía “¡No funcionará!” era siempre el mismo, con diferente ropa. Iba cambiando de rol, desde el financiero con traje pasando por el ingeniero con bata blanca hasta el operario de línea de montaje. Evidentemente, todos esos avances tecnológicos tuvieron una gran importancia en la historia de esa compañía. Sino, no habría anuncio en la tele.

EL NO FUNCIONARÁ COMO TRAMPOLÍN PARA LLEGAR MÁS LEJOS:

Esa era su aportación al proceso de innovación y no es pequeña. Estas personas son especialistas en encontrar razones con las que destruir una idea. Sin embargo, debemos valorar su opinión y aprender de sus obstáculos para pulir nuestra idea. Darle la vuelta a todo ese esfuerzo por destruir y apuntalar la novedad.

[box border=»full»]Toda innovación supone romper algo anterior y construir algo nuevo.[/box]

Otras veces puede que aprovechemos lo existente para saltar más alto y más lejos, dejando lo anterior obsoleto. Esto no significa que haya perdido su importancia o que haya sido inútil. Simplemente, ha cumplido su papel y su valor va a permanecer, pero no va a aumentar. Sin esa suspensión que se ha utilizado en un modelo de Fórmula 1, no podrías haber creado la siguiente generación de vehículos capaces de aguantar grandes tonelajes.

La imaginación innovadora: la pistola de rayos láser.

Cuando pensamos en una innovación, nos imaginamos aquello con lo que soñábamos de pequeños, una pistola de rayos láser, una máquina del tiempo o una pastilla que te vuelve súper inteligente. Siempre pensamos en algo material, en un avance tecnológico impresionante. Sin embargo, una innovación no tiene porqué ser relacionada con tecnología o con algo que se materializa en un producto concreto. Puede tratarse de un procedimiento mejor dentro de una empresa, una manera de hacer las cosas diferente o gestionar recursos que antes no se administraban. Se trata de innovaciones inmateriales, pues tiene que ver con la forma de hacer las cosas. Ambos tipos de innovaciones tienen en común la intención de mejorar lo existente y romper con lo anterior.

Cada innovación tiene el potencial de afectar tanto a unas pocas personas como a millones. Por un lado, hay consumidores a los que les encanta jugar con cosas nuevas o ser los primeros en tenerlas. Son los early adopters. Suelen estar a la última en tecnología y son ávidos consumidores de novedades. En un principio, estas personas son las que van a permitir introducir nuevos productos y servicios al resto de la masa de consumidores. Es muy importante que estos grupos de personas adopten una innovación rápidamente, pues ellos van a promocionarla gustosamente ante cualquiera que les quiera oír. Una vez que empieza a girar el pequeño engranaje early adopter, empezará a trasladar el movimiento al gran engranaje de consumidores masivos. Estos consumidores iniciadores tienen opiniones muy importantes, pero no hay que olvidar que su papel es trasladar una novedad al resto del mercado. Sino, corremos el riesgo de quedar reducidos a un mercado de nicho.

Aportando más valor para salvar la curva de aprendizaje:

Por otro lado, el sentimiento de rechazo ante un cambio, es algo natural. Los consumidores tienen sus costumbres y es muy difícil cambiarlas. Por esta razón,

[box border=»full»]una propuesta nueva debe aportar mucho más valor que antes para compensar la curva de aprendizaje[/box]

No todos van a estar dispuestos a aceptarla y no todos van a ver el mismo valor. En el ámbito corporativo, un cambio tiene efectos de rechazo mucho más fuertes. Sobre todo cuando suponen cambiar el procedimiento que se realizaba antes por uno nuevo. La gente piensa “si antes hacía esto de una determinada forma, ¿voy a cambiar mi forma de trabajar porque un tipo que ni conoce mi puesto de trabajo lo ha decidido?” o también “¿porqué lo vamos a hacer así? Ahora ya se está haciendo bien y es más fácil obtener el resultado”. Las nuevas iniciativas crean incertidumbre e inseguridad además de rechazo.

EL VALOR DE LA RESISTENCIA AL CAMBIO

Al contrario de lo que se piensa, este rechazo tiene un gran valor. Es algo necesario en la innovación. “Cuanto más ruido y rechazo provoque un nuevo producto o procedimiento, significa que más se está rompiendo con el pasado”. El orden establecido nos proporciona seguridad. El cambio crea incertidumbre y las grandes innovaciones crean auténticas revoluciones. Al fin y al cabo, ¿no es eso lo que se busca al innovar? ¿No se está buscando una forma de destruir el pasado para crear algo nuevo, de subir un escalón para llegar a una cornisa más alta? Si quieres innovar, el rechazo es una señal de que vas por la buena dirección. No solo por que estas saliendo de la zona de confort y eso molesta mucho. Sino por que sobre todo el rechazo te muestra posibles errores y te señala aquello que debes apuntalar.

La historia está plagada de descubrimientos ignorados, inventores desacreditados y revoluciones ridiculizadas. Las personas innovadoras siempre se han encontrado con oposición a sus ideas. Colón tuvo que arreglárselas con las enormes resistencias de la época. Consiguió ser recibido por diferentes monarcas que le ridiculizaron, hasta llegar a la Reina Isabel de Castilla, quién no solo le creyó, sino que le financió la empresa que le permitió descubrir América. Nicolás Copérnico fue ridiculizado y condenado por ser demasiado atrevido al afirmar que la tierra no era el centro del universo. Pero todo eso les hizo reafirmarse en su idea, aportar más datos, más soluciones para probar que tenían razón.

No hace falta irse tan lejos en el tiempo. Estamos en una época en la que estas revoluciones suceden cada vez más rápido. ¿Acaso no ridiculizaron tanto RIM como Microsoft la entrada de Apple en el mundo de los smartphones? Ahora solamente el iPhone es un negocio más grande que todo Microsoft. Siempre nos vamos a encontrar con nuestros personajes particulares que nos digan “¡No funcionará!” en nuestra historia. La próxima vez que alguien diga esta frase, dale un abrazo. Significa que vas por el buen camino.

Eduardo-ArchancoEduardo Archanco es autor y editor del libro “el ESPECTADOR DIGITAL” lleva desde 2008 trabajando para Accenture en proyectos para el sector Financieras y aeronáutico. Espero que hayáis disfrutado de esta entrada. Si es así por favor no te olvides de recomendarla y hacer comentarios. ¡Gracias!

Deja una respuesta

Responsable » Digital Research S.L con CIF/NIF: B86680667
Finalidad » gestionar los comentarios.
Legitimación » tu consentimiento.
Destinatarios » los datos que me facilitas estarán ubicados en los servidores de Hostgator (proveedor de hosting de Papeles de Inteligencia) Fuera de la UE.
Derechos » podrás ejercer tus derechos, entre otros, a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos.